En realidad ninguna
de las técnicas me parecía de gran
dificultad, además estaba muy motivada porque creo que este tipo de actividades
son las que realmente mas se parecen a lo que vamos a hacer el día de mañana en
un aula y para mí es muy importante hacerlo bien.
No quiero ir a dormir
es un libro que trata sobre la historia de un pequeño tigre que nunca quiere
irse a dormir debido a que tiene muchísimas ganas de descubrir aquel mundo que
le rodea y piensa que irse a dormir es una pérdida de tiempo. También trata
sobre todas las rutinas que tiene cada niño antes de irse a la cama. Es un gran
libro para leer a los niños de esta edad ya que son cosas que a ellos les pasan
y por lo tanto se van a sentir identificados.
Aunque sea una
lectura, detrás de ella hay mucha preparación, ya que los niños no van a estar
viendo el libro y mediante tus pausas, tus entonaciones, tus gestos y sobretodo
tus miradas van a introducirse en esa lectura. En este libro aparecen muchos
animales entonces pensé que el poner una voz para cada uno iba a ser perfecto
para su perfecta comprensión, además la subida y la bajada de tonos también juega
un papel fundamental a la hora de contarle.
Las preguntas que yo
haría en un aula después de leer el libro serían estas:
-
¿Os
ha gustado?
-
¿Con
quién os habéis sentido identificados?
-
¿Vosotros
que hacéis antes de ir a dormir?
-
¿Pensáis
que el Pequeño tigre lo está haciendo bien?
-
¿Qué
haríais vosotros si fuerais el Pequeño tigre?
El primer grupo al
que leí el libro estaba formado por Bruno y por Roberto. Suelo ser muy
vergonzosa y sobre todo al estar con personas que no te relacionas directamente
en tu día a día pero la verdad es que al haberlo preparado y pensar que tenía
que hacerlo bien para aprender y se runa buena maestra me peso más que toda la vergüenza
que llevaba, asique me puse al leer el libro. El feedback que me dieron la
verdad que me dio más fuerzas de ir a otro grupo a leerlo; me dijeron que la entonación
estaba perfecta, los cambios de tono cuando los personajes hablan alto, cuando están
cansados o cuando hablan bajito porque los demás están durmiendo me dijeron que
daban una emoción y unas ganas de seguir el cuento increíbles, además de que te
ponían en situación. Las preguntas les parecieron muy buenas sobre todo las de
las rutinas que hacían ellos antes de irse a dormir, ya que es un tema principal
en el libro. Me dijeron que debía de
mirar más a los ojos, así que me fui a otro grupo y manos a la obra, intente
mejorar esa cosa mala que me habían dicho.
El segundo grupo en
el cual leí mi libro estaba formado por Alba y por Diana. Aquí ya no estaba
nada nerviosa, además tenía muchas ganas de volverlo a contar y poder mejorar
el aspecto de la mirada. Ellas me dieron un feedback muy parecido al de mis
compañeros pero, a pesar de que mejore el aspecto de la mirada, me dijeron que
lo mejorara mirando un poquito más. Las preguntas que propuse les parecieron
muy buenas y muy apropiadas para esta edad.
El tercer y último
grupo en el cual realice mi actividad estaba compuesto por Paola y Andrea. Puse
en marcha todo lo que había hecho en los demás grupos y además mejore mucho el
tema de la mirada. En esta última vez que leí el cuento todo salió perfecto. El
leerles el cuento a mis compañeras me encantó, ya que las veía a ellas como
verdaderas niñas mirándome con los ojos como dos platos para ver que iba
pasando. Me dijeron que el cambio de voces y sobretodo del tono las encantaba y
las había metido totalmente en el cuento.
Para mí, el realizar
esta actividad más de una vez y poder mejorar aquellas cosas que has hecho más
es fundamental y además es lo que más me gustó de toda la actividad. Como ya he
dicho es muy importante la preparación previa para poder leer el libro de la
manera correcta y trasmitirles a los niños lo que realmente queremos, pero lo
que más me importó fue el poder mejorar aquellas cosas que había hecho mal.
Como ya he dicho
anteriormente las ganas de contarlo y probar esto que realmente es lo más
parecido a lo que me voy a encontrar en mi día a día en un futuro me peso más
que toda aquella vergüenza que llevaba conmigo. Preparando el libro yo sola me sentía
muy cómoda poniendo voces, haciendo gestos, pero cuando llegas a clase y se lo
tienes que contar a compañeros que encima no estas con ellos en tu día a día sabía
que me iba a dar vergüenza, pero como digo las ganas pudieron con ella.
En conclusión, creo
que este tipo de actividades son imprescindibles para poder poner en práctica todas
esas cosas que aprendemos, llevando a cabo nuestras habilidades y mejorando
aquellas que no tenemos del todo desarrolladas.
Perfecto, Laura.
ResponderEliminarPD: Recuerda siempre lo siguiente: SOBRE TODO es separado.
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