Erase que se era, en unas lejanas montañas, un Rey
que tenía una hija a la que quería muchísimo, la princesa Sofía. La reina,
había muerto pocos días después del nacimiento de la princesa a causa de una
enfermedad. Los meses fueron pasando y un día, el Rey se casó con otra mujer,
Anabel, que era muy bella y muy agradable, pero también era muy egoísta y
quería al Rey para ella sola, por lo que no quería mucho a la princesa Sofía y
no la hacía ningún caso.
Al cabo de los años cuando la princesa ya era una adolescente
muy muy guapa con un pelo rubio larguísimo y muy simpática, se hacía querer por
todo el mundo que estaba a su alrededor. La princesa era mucho mejor que la
madrastra en todos los sentidos; más guapa, más simpática, más divertida… y
poco a poco la madrastra empezó a tener envidia de ella.
A causa de esta envidia, la madrastra Anabel mandó
a un soldado a llevar a la princesa Sofía a la montaña más alta del reino y
dejarla allí para que no supiera volver a palacio y le dijo al rey al volver
sin Sofía a palacio que mientras que las dos se daban un baño en un lago, su
hija se ahogó.
Como a Sofía la querían tanto en el reino el
soldado fue bueno con ella y la dijo que su madrasta le había mandado dejarla
en la montaña más alta para que se perdiera y no pudiese volver, pero la llevó
hasta una cueva segura donde pudiera vivir a cambio de que ella no volviera a
palacio.
Sofía muy agradecida con el soldado, se adentró en
la cueva porque la noche ya estaba al caer. Poco a poco, Sofía iba descubriendo
aquel lugar en el que ahora vivía, comía cosas que se encontraba por la
montaña, consiguió hacer fuego, hasta pudo darse cuenta del poder que tenía su
gran pelo largo, y es que en la oscuridad de la noche, cuando las estrellas se
reflejaban en el pelo de la joven, todo el pelo se iluminaba y daba muchísima
luz.
Aun así, Sofía pasaba mucha hambre y por la noche
tenía mucho frio así que decidió irse a otra cueva en la que estuviera dando el
sol todo el día.
Tras buscar y buscar encontró una cueva que tenía
todo lo que ella quería, y la llamó muchísimo la atención porque al final del
largo pasillo que se dirigía a la cueva había una peña luz.
La princesa muy muy intrigada entró a la cueva para
ver de qué se trataba y comprobó que había un caballero asando un pez que había
pescado en el río. La princesa dijo:
-¿Hola? ¿Hay alguien?, ¿alguien me escucha?
Y el caballero contestó gritando:
-¿Quien anda ahí? ¡Quieta! ¿Quién es usted?
La princesa muy asustada debido a los gritos del
caballero se quedó quieta y dijo.
-No sé quién soy, ni que hago aquí. Creo que me he
debido dar un golpe en la cabeza y no recuerdo nada, solo estoy buscando un
sitio en el que dormir y comer.
El caballero al ver a la muchacha tan preocupada,
pensó durante unos segundos y dijo:
-Pero... ¿estás bien?, si si, siéntate aquí y ahora
te doy algo de comer, luego cuando vengan mis hermanos ya pensaremos que hacer
contigo. Yo soy Juan.
La princesa y el caballero comieron entonces los
peces que este estaba asando y bebieron un montón de zumos al lado del fuego
cuando de repente se oyeron a unos caballos acercándose a la cueva. Los seis
hermanos del caballero ya habían llegado y entraron a la cueva cuando empezaron
a hablar todos a la vez diciendo:
-Pero…
-Pero bueno Juan, ¿quién es esta?
-Eso digo yo Juan, te dijimos que no dejaras entrar
a nadie.
-Si ya os decía yo que no se le podía dejar solo…
Juan se levantó e intentó tranquilizar a sus hermanos:
-Chicos chicos, tranquilizaros, es una muchacha que
se ha dado un golpe en la cabeza y no sabe quién es, anda sola y perdida por
las montañas y he decidido darla de comer y dejarla que entre en calor, estaba
esperando para ver que hacíamos con ella.
Y uno de los hermanos, el más joven, que era el más
joven pero el que más sabía por eso dirigía al grupo de hermanos, se llamaba
Lucas. Este muy alarmado por la situación, ya que una bella dama había descubierto
su escondite dijo:
-Has descubierto el lugar donde nos escondemos,
nunca nadie que no fuéramos nosotros siete había pisado esta cueva antes,
asique llegados a este punto tienes que decidir si quieres quedarte con
nosotros y unirte o sino tendremos que matarte, pero si quieres quedarte tienes
que darnos algo a cambio.
Sofía asustadísima de ver a esos siete caballeros cada
uno con su pistola y frente a esa situación en la cual tenía que decidir en
cuestión de segundos, dijo muy rápido:
-Sí sí, yo me uno a vosotros e intentaré ayudaros
en todo lo que pueda, pero no tengo nada para daros a cambio, todo lo que llevo
encima es todo lo que tengo.
Lucas al verla tan asustada contestó:
-Tendrás que quedarte a vigilar nuestra cueva
cuando nosotros salgamos y además te encargaras de hacer todas las tareas que
hacemos en el día a día. Tendrás que aprender a pescar, a hacer fuego, a buscar
agua y sobre todo a saber guardar la cueva de cualquier extraño, pero si
descubrimos que tienes algo que no nos has ofrecido a cambio te mataremos.
Sofía se puso a pensar y a pensar en que podría
darles a los caballeros y se dio cuenta de que lo que les podía dar lo tenía
ella misma en su cuerpo y era su pelo, ese pelo largo rubio que cuando se
reflejaban las estrellas brillaba tanto.
-Ehh…tengo algo que puede interesaros…mi pelo.
Los caballeros extrañados, miraban a la joven
intentado averiguar para que querían ellos su pelo.
-¿Tu pelo? ¿Para qué queremos nosotros tu pelo?
Tenemos muchas mantas ya y la ropa nos sobra, para qué vamos a querer eso.
Sofía entre una pequeña sonrisa que la salía al ver
que no tenían ni idea de su poder les dijo:
-Cuando cae la noche y las estrellas se reflejan en
mi pelo, brilla tanto que podría alumbrar a un pueblo entero con él.
Los siete muchachos con la boca abierta y los ojos
como platos no podían creer lo que sus oídos estaban escuchando. Llevaban años
y años buscando la solución de poder iluminar esa oscura montaña para cuando
tuvieran que ir a hacer cosas.
-¿Pero…da tanta luz como para alumbrar el pueblo
entero?- Dijo uno de los muchachos.
Y Sofía les contó que hace tan solo unos días que
pudo darse cuenta de este poder que tenía su pelo y salieron a la luz de la
noche para mostrárselo.
Los muchachos al ver que la joven les estaba
contando la verdad decidieron que podía quedarse a vivir con ellos pero tenían
que contarla que era lo que realmente hacían y porque estaban escondidos en las
montañas.
Lucas la dijo que podría quedarse con ellos y que
su poder los serviría de mucho, pero primero tenían que contarle quienes eran y
porque estaban allí, asique Lucas le contó a la princesa que eran siete
hermanos que no tenían padres, debido a que hace muchos años cuando ellos eran
muy pequeños, sus padres vendieron un par de granjas que tenían en otros
pueblos y consiguieron mucho dinero, cuando un día los soldados del gobernador
del pueblo se pusieron frente a su casa y les quitaron todo lo que tenían y
días más tarde sus padres murieron de una enfermedad asique se quedaron ellos
solos. Debido a todo esto que les pasó decidieron robar al gobernador y a sus soldados todo lo que quitaban a las
familias del pueblo para poder devolvérselo. El dinero que recaudaban se le
llevaban a las familias y una pequeña parte se la quedaban ellos.
Sofía muy sorprendida les dijo que porque no iban a
hablar con el Rey, ya que si este se enteraba de lo que el gobernador del
pueblo estaba haciendo le echaría y devolvería todo el dinero a sus familias.
Todos los hermanos empezaron a reírse y la dijeron
que como iban a ir frente al rey a decirle semejantes cosas sobre el gobernador
del pueblo, que además después de todo el dinero que habían robado para dárselo
a las familias no iba a creerles.
Sofía poco a poco fue aprendiendo muchísimas cosas
de vivir en las montañas, aprendió a cocinar, a buscar hierbas para las heridas
de los bandoleros, a hacer fuego…y además les daba esa luz que los caballeros
tanto necesitaban cuando iban por la noche a robar el dinero y las cosas que el
gobernador les quitaba a las familias, asique se convirtió en una más de ellos.
Todos los hermanos poco a poco la fueron cogiendo
mucho cariño, pero Lucas era el que tenía un cariño especial con ella y un día
les dijo a sus hermanos:
-Sofía es como una hermana más, nadie debe mirarla
de otra manera y sino tendrá que vérselas conmigo.
Todos los hermanos se rieron y se dieron cuenta de
que a Lucas le gustaba muchiiiiiiiiiiiisimo Sofía y a Sofía también le gustaba
Lucas.
Un día los siete hermanos salieron en busca de
comida para llevarla a las familias que más lo necesitaban y decidieron que
como era de día y no necesitaban luz, Sofía podría quedarse en casa preparando
algo rico para cuando llegasen, asique Sofía se puso manos a la obra y empezó a
recolectar un montón de ingredientes para hacer un asado.
Las horas pasaron y pasaron y cuando volvieron los
caballeros solo venían 3 y venían con muchas heridas. Sofía muy preocupada les
pregunto:
-Pero bueno, ¿Qué ha pasado?, ¿qué os ha pasado? Y
los demás, ¿dónde están?
-Los soldados del rey han cogido a los demás Sofía
y no los van a soltar, van a matarlos- dijo uno de los hermanos entre lágrimas.
-¡No puede ser! ¡Hay que hacer algo! ¡No pueden
matarlos!- dijo Sofía mientras lloraba.
Entre esos cinco caballeros que los soldados del
rey habían cogido se encontraba Lucas y fue ahí cuando Sofía se dio cuenta de
que realmente estaba enamorada de él, asique cogió a los tres caballeros y les
dijo que fueran a palacio a rescatar a sus hermanos.
Los hermanos muy alarmados la dijeron que en cuento
se acercasen a palacio los soldados los detendrían y quedarían presos como los
otros, pero Sofía cogió el caballo y se fue rápidamente asique decidieron
seguirla.
Cuando Sofía y los caballeros llegaron al palacio
se encontraron con unas enormes puertas y unos soldados vigilándolas asique Sofía
dijo:
-Quiero ver al Rey.
-¿Y quién es usted para querer ver al rey?- preguntaron
los soldados
-Soy Sofía, su hija.
Asique los soldados alarmados se fueron corriendo a
decírselo al rey y este ordenó que pasara.
El rey recibió a Sofía y a los bandoleros y les
preguntó
-¿Quiénes sois y que queréis?
-Soy yo papa, Sofía, contestó la princesa
-Mi hija Sofía murió ahogada cuando era una niña.
Sofía empezó a contarle muchísimas cosas a su padre
que solo sabían ella y el y el rey empezó a llorar y abrazo a Sofía y la dio muchísimos
besos. Sofía le conto todo lo que había pasado y el rey mando matar a la
madrasta. Tras muchas horas hablando y hablando el rey le preguntó:
-¿A quién tengo que agradecer que estés así de sana
y de guapa?
Y Sofía contestó:
-A mis amigos, a los caballeros , a estos tres y a
los cinco que tienes encerrados y que mañana van a matar.
El Rey y la princesa estuvieron hablando toda la
noche y le contó todas las historias que había vivido con los bandoleros,
incluso que estaba enamorada de Lucas, asique el rey decidió soltar a los
bandoleros.
A la mañana siguiente el Rey soltó a todos los
caballeros y les dijo:
-Habéis robado pero os voy a liberar por petición
de mi hija, eso sí con una cosa a cambio y es que seáis mi guardia personal.
Todos los caballeros aceptaron pero Sofía pidió
algo más:
-Papá, tengo una petición más que hacerte y es que
Lucas no sea tu soldado y sea mi esposo si él quiere.
El Rey aceptó y Lucas muy contento corrió a los
brazos de Sofía y los dos se abrazaron y se besaron hasta el anochecer, donde
con el gran brillo del pelo de Rosalinda bailaron y celebraron el reencuentro
del rey y su hija y el casamiento de Sofía y Lucas.
Sofía y Lucas fueron los mejores reyes que habían
existido en ese pueblo y fueron muy muy felices.
Y colorín
colorado….este cuento se ha terminado!!!!!!!!!
Y colorín
colorete…..ahí va un coheteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!
La
adaptación del cuento la he realizado para niños de 5 años. Crep que en esta
edad tienen un vocabulario más rico, que aunque he cambiado muchísimas cosas
para su perfecta comprensión, hay otras palabras y situaciones que niños más
pequeños no conocen. Además a esta edad los niños tienen más entusiasmo por lo
que está pasando en el cuento que niños más pequeños y son capaces de estar
atentos a todas las cosas que pasan. La capacidad de imaginar en esta edad es
impresionante y que mejor que potenciarla y hacer que la pongan en práctica
para que ellos mismos se diviertan que contándoles cuentos sin mostrarles
ninguna imagen, para que su imaginación vaya muy lejos.
En
este periodo de edad, los personajes y todo lo que hacen es de vital
importancia para que los niños sepan que quieren decir con todo lo que hacen y
esto es a lo que Karl Bühler llama “edad de los cuentos” en la que la fantasía
es parte de la realidad.
En
primer lugar he modificado el lugar donde está ocurriendo la historia,
cambiando Sierra Morena por una altísima montaña. Los niños con 5 años no saben
que es sierra morena, pero sí que saben que es una alta montaña, con todos los
elementos que ella posee y que por lo tanto ellos se van a imaginar.
La
forma en la que muere la madre, también la he cambiado porque me parecía un
poco violento mostrar a los niños una situación en la cual una madre muere en
un nacimiento, asique he decidido poner que muere por una enfermedad, de esta
misma manera he decidido poner que en vez de que la madrasta mande matar a la
princesa, manda que la dejen perdida en las montañas del reino.
La
palabra madrastra he decidido dejarla tal cual está en el cuento real, porque
creo que a día de hoy muchos padres están separados y muchos de estos niños
tienen madrastas. Sinceramente no es una palabra que me guste ni que me parezca
bonita pero es una palara que en la vida real y a día de hoy se usa, asique he
visto conveniente dejarla en el cuento.
He
decidido ponerles nombre a los personajes del cuento, ya que a esta edad creo
que pueden entender mejor el cuento teniendo un esquema general de lo que
quiere conseguir cada personaje y de quién es quién, ya que aquí pueden hacerse
un poco de lio con la historia que sigue la princesa, por eso he decidido
llamarla Sofía, pero cuando llega a palacio pasa a ser la princesa otra vez,
igual que cuando nació y estuvo en palacio con su padre.
La utilización de diálogos a lo largo de la historia me parece que es importante para los niños de esta edad para que sepan que va pasando y como va pasando, así mismo para que también sepan que van sintiendo los personajes en cada momento, ya que todo dialogo va introducido por la sensación que esta teniendo en ese momento el personaje; por ejemplo cuando se pone "Sofía llorando dijo:"
El
gobernador es un personaje que muestra el egoísmo y he decidido dejarle porque
al fin y al cabo debido a este egoísmo acaba perdiendo y acaba siendo destruido
por los bandoleros, que son los que acaban consiguiendo aquello que quieren,
pensando en ellos pero sobre todo pensando en los demás.
También he optado por sustituir la figura de los bandoleros por la figura de unos caballeros, ya que creo que los niños con 5 años no tienen muy claro que es un bandolero y que características tiene pero si que saben lo que es un caballero.
La
tarea de los caballeros de robar no la he modificado porque creo que se ve
claramente que los caballeros roban solo cosas que han sido quitadas a las
familias mas necesitadas y por lo tanto roban para devolvérselo a las personas
de las que realmente era, creo que a lo largo de la historia eso queda claro y
que los niños de esta edad lo comprenden correctamente
He
introducido un toque de magia con lo del pelo de la princesa que brilla cuando
las estrellas se reflejan en él, porque aparte de que a los niños en esta edad
las sorpresas y la magia son unos temas que llaman tanto a la atención a los
niños, la princesa logra ser una más de los caballeros debido a que les da su
poder a cambio de quedarse con ellos.
El
esqueleto que tiene la historia he decidido no modificarlo, con esto, la huida
por obligación de la protagonista de su hogar la he mantenido así como todo lo
que pasa mientras que la princesa esta fuera de palacio y el final feliz donde
los buenos acaban triunfando y los malos acaban siendo destruidos por estos.
Bibliografía:
-Apuntes de la
asignatura de literatura infantil.
-Grabación del cuento “la
princesa y los siete bandoleros”.